Como en todo buen restaurante, la cocina es un lugar de frenesí. Los cocineros y asistentes se cruzan, se precipitan ¡Hay que darle el mejor producto al cliente para que se vaya con ganas de volver! Pero no todas las cocinas lo logran y no todos los chefs saben cómo combinar sus ingredientes. Es una alquimia que requiere un esfuerzo constante, y un conocimiento profundo de la química de los alimentos.
El buen chef no compra sus productos en un establecimiento o los encarga por internet de un catálogo único. Sale a la calle a buscar quien le ofrece el mejor ingrediente, para que el resultado final de su trabajo sea excepcional. Sabe dónde y cuándo adquirirlos. Sabe que estos deben ser muy específicos, únicos y auténticos para que el resultado sea siempre una pieza especial. La receta perfecta.
Fuente: Chef Alain Ducasse para el periódico EL PAIS.
Cuando buscamos un restaurante, estamos llenos de expectativas. Leemos recomendaciones en línea o consultamos con amigos y conocidos. Para nada es grato perder nuestro tiempo y mucho menos dinero, en un lugar donde no nos van a ofrecer excelencia. En un buen restaurant no permiten que ningún plato sea servido sin la temperatura adecuada, sin ingredientes que no estén frescos; la máxima dedicación estará siempre presente buscando que su sabor sea inolvidable. Un buen chef cumple con tiempos, calidades y expectativas en todo momento.
Igual sucede con los espacios que habitamos. Necesitamos lugares para vivir, compartir y relacionarnos; para trabajar, educar, comprar, divertirnos, etc. Estamos directamente relacionados con los espacios que habitamos y existe una realidad irrefutable: estos nos afectan de manera determinante. Pueden generar diversos sentimientos, transformar nuestra vida profundamente. Los espacios que habitamos tienen que tener identidad, deben ser preparados con los mejores ingredientes, tener los elementos necesarios para la felicidad y satisfacción del usuario ¡Invitarnos a vivir una experiencia única!
Fuente: Dezeen. Cast Iron House, Shigeru Ban. Nueva York. Estados Unidos.
Siempre que estemos en lugares bien diseñados, nuestras vidas mejorarán.
Así como un buen chef adquiere sus ingredientes de un cúmulo de fuentes. Un servicio de diseño interior efectivo debe fundamentarse en la integración del mobiliario, saber escoger esas piezas que darán carácter al espacio. Cada mueble u objeto debe estar escogido con criterio, guardando una relación muy estrecha con el lugar donde se disponga. Si la autenticidad es un norte, nos vamos a proveer entonces de diversas fuentes. La alquimia es producto de piezas disímiles, tal como sucede con los sabores.
En Toro&Thill hemos hecho una apuesta por un diseño sostenido en la integración. Hemos creado estrategias para cumplir con las expectativas de autenticidad que buscan nuestros clientes.
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